4 de julio, Buen Día


|Por Manuel Humberto Restrepo Domínguez|

El 4 de julio es un día fuera de concurso en la competencia de los días en el calendario por ganarse un espacio político y ser importantes. El 4 de julio de 1776 fue aprobada la declaración de independencia de los Estados Unidos de América, que se convirtió en la primera declaración de derechos en la historia moderna de los derechos. Allí se fijaron por primera vez los principios de libertad e igualdad.  “Los signatarios afirman que existen condiciones bajo las cuales el pueblo debe cambiar su gobierno….Por tanto, nosotros, los Representantes de los Estados Unidos, reunidos en Congreso General, apelando al Juez supremo del Universo, por la rectitud de nuestras intenciones, y en el nombre y con la autoridad del pueblo de estas colonias, publicamos y declaramos lo presente: que estas colonias son, y por derecho deben ser, estados libres e independientes; que están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona británica: que toda conexión política entre ellas y el estado de la Gran Bretaña, es y debe ser totalmente disuelta, y que como estados libres e independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concluir la paz, contraer alianzas, establecer comercio y hacer todos los otros actos que los estados independientes pueden por derecho efectuar”.

La primera y más famosa firma del manuscrito fue la de John Hancock, presidente del Congreso Continental, Dos presidentes futuros, Thomas Jefferson y John Adams, y signatarios como Edward Rutledge de solo 26 años de edad y Benjamín Franklin de 70 años de edad. Fueron cincuenta y seis firmantes, que nunca supieron de lo que ha hecho USA en su nombre pasando de ser el país amado de la libertad al imperio odiado de la guerra contra otros pueblos que tratan de seguir su ejemplo de independencia, que luchan por romper lazos de dominación. En el siglo XXI, esta declaración sigue vigente sobre todo en los textos, no en las realidades y a quienes traten de seguir sus intenciones y hacer uso del buen principio de la rebelión basada en igualdad y libertad, ellos le llamarán terroristas y atentarán contra ellos sin fronteras ni derechos de otros a respetar.

En Colombia el 4 de julio tiene distintas referencias. En 1951 nació en Medellín, un hombre que cambio la historia reciente de Colombia, gracias a su talante de guerra, su espíritu camorrero y la astucia con la que logro producir una mezcla de actuaciones legales con truculencias que lo llevaron a deleitarse con el poder, controlar el estado y reelegirse presidente cambiando para su favor la Constitución de 1991, erigida 40 años después que el nació, también el 4 de julio, con la firma del representante Liberal Horacio Serpa, el Conservador Álvaro Gómez Hurtado reconocido ideólogo de la derecha extrema y del recién desmovilizado insurgente Antonio Navarro ex comandante del M-19, quienes con su brazo en alto sellaron el nuevo pacto político originado en una Asamblea Nacional Constituyente. Igual que la declaración Americana, en el siglo XXI la Constitución de 1991 no representa lo mismo que refrendó el pueblo representado por cien constituyentes. Para unos esta convertida en una pieza entre poética y política, en un ideario ecológico para otros y en retorica sin garantías para las mayorías de población excluida que no logra encontrar en sus artículos ni la paz prometida, ni los derechos conquistados.

También un 4 de julio, de 1964 nació en Simacota Santander el Ejército de Liberación Nacional ELN, que de alguna manera siguió la declaración americana en su mandato de pleno poder para hacer la guerra o conciliar la paz, y se levantó en armas declarando que el pueblo de Colombia no podía seguir el camino de la explotación y el abandono. En el siglo XXI es considerado como un grupo terrorista por los gobernantes aliados de Estados Unidos como Perú, Canadá y Unión Europea, mientras gobiernos como Nicaragua, Brasil, Ecuador, Cuba, Argentina, chile, Uruguay no aplican esta calificación. En todo caso ahí están, hacen parte de la realidad nacional.

En el futuro inmediato, entre pasado y presente el 4 de julio de 2014, la selección Colombia de futbol dejará su mojón en la historia, jugara por primera vez un partido semifinal en la copa mundial. En el estadio Castelao de Fortaleza, Brasil y allí estará el presidente Santos, luego de haber decretado la tarde libre para los trabajadores del estado que luego de ver el partido podrán oírlo en su segura alocución televisada para más de 1000 millones de personas a quienes dirá si pierde que habremos ganado y si gana no hay palabras, de todas maneras nombrará la Paz. Estados Unidos ese día conmemorara probará una nueva bomba o un nuevo dron contra civiles invadidos en el medio oriente o África, en todo caso en nombre de la libertad, mientras los shopping de sus metrópolis abren sus puertas de madrugada con las súper-rebajas del año para los miles de compradores que desde ya hacen interminables filas en desarrollo del principio de su declaración respecto a establecer comercio y hacer otras cosas. El ELN tendrá andando un paro armado en la cuarta parte de la geografía del país en conmemoración de sus 50 años de existencia, mientras inician en serio los diálogos de paz que el gobierno mirará después del mundial. El ahora Senador Uribe dirá en twiter -su arma de destrucción misiva- que la Constitución del 91 estaba mal hecha y debía ser destruida para rehacerla a su manera, como trata de hacerlo con el proceso de Paz amparado en el derecho a hacer la guerra o conciliar la paz expuesto en aquel histórico 4 de julio.

Tunja, Colombia, Julio 2 de 2014

Publicar un comentario

0 Comentarios